lunes, 27 de agosto de 2007

Fauna

Parejas empujando carritos de bebé, malotes en bermudas, el que pide para su familia (al que ya le has dado “para un bocadillo grande” mientras comías, y que te ha pedido de nuevo por el paseo, pero nada de eso le impide volver a hacerlo), vejetes del lugar tomando la sombra sentados en un banco, los de chanclas y toalla, algún conocido de paseo con la señora, niños curiosos porque escribes cosas en un portátil, niñas de verano, parejitas s.a. cogidas de la mano, polis-yogurines, chulos de camisa abierta, guiris jodechinchos, el de La Farola, grupos-inserso, y muchas otras especies sin identificar.


De safari, o tomándose un café en un terraza ¿?
















Moncho e mai-los Sapoconchos


Chicas del verano 



domingo, 26 de agosto de 2007

El sudaca nos ataca

Ayer. CI. Departamento de deuvedés. Acercándome a la caja para resolver mi compra.


Allí estaba el, poniendo en orden sus pelis, y preguntándole a la rubia (que de tanto ir por allí, ya me saluda) si tenía "pelis de esas de terror, pero de las fuertes".


Sudaca (lo siento, nunca he sido seguidor de lo "políticamente correcto") con el equipamiento estándar, tanto externo (sudaca XX, sudaquita en sillita) como propio (retaco, cienes de globos de esos que se consiguen haciendo pesas, chanclas, bermudas, camiseta ajustada de más, y como no, tatuaje)


Y eso fue lo que me llamó la atención. "Dios i mi madre" (sic) se podía leer allí, acompañado de un corazón. Todo ejecutado de forma patética y sin ningún gusto. Parecía que a un crío de párvulos le habían dejado jugar con un rotu indeleble sobre uno de los globos de aquel tipo.


No pude evitar quedarme mirando a aquel insulto al buen gusto (me refiero al tatu, no al tipo ;-) ) durante largo tiempo. A veces me dicen que soy muy expresivo, así que no sé si está vez fui capaz de poner cara de póker, o casi seguro, alguna de indignación o asombro, en la que, con suerte, el tipo no reparó. Y menos mal. La verdad es que no me cuesta mucho imaginarme al tipo, al darse cuenta de mi interés, poniéndose en plan "soy el más macho del barrio", y preguntándome algo así como "¿Qué pasa, güey? ¿Te gusta?”. Y a mí, que puedo llegar a ser seco, sincero y cortante en la misma frase, contestando algo como "Para nada. No creo en diox. Y madre sólo hay una, y menos mal.", o "Me estaba preguntando si la falta de ortografía es un recurso artístico, o simple demostración de ignorancia."


Creo que estuvo bien que no se fijase en mí.



martes, 7 de agosto de 2007

El orden lógico de las cosas

No es tan lógico, o, más bien, no es tal orden, si se trata de cierta marca de autos japos, de cuyo nombre no quiero acordarme.

A los de la importadora española de esta marca les parece de lo más normal hacer cosas tales como facturar un vehículo (aquí no los llamamos coches, es menos fashion) a un concesionario, algún tiempo después una segunda factura por el mismo vehículo, y todavía algún tiempo después el abono de la primera factura. Por poner un ejemplo de lo más normal que es capaz de hacer esta gente.

Resultados más que posibles:
- desarreglos por todas partes en los inventarios y stocks
- lo mismo en los asientos contables
- combo-con-bebida-grande-y-patatas: la concesión compra el coche (ya vale de mariconadas con lo de vehículo) dos veces seguidas a la importadora, se lo vende a un cliente, y después recibe el abono de su compra. El coche, pobre de él, ha pasado de estar disponible, a vendido, facturado y anulado. Resultado final según el papeleo: el concesionario ha vendido un coche que no ha recibido.
- super-combo-lo-más-plus-con-doble-de-carne-bebida-grande-y-patatas: añádase la posibilidad de que el concesionario, a su vez, puede refacturar y abonar la venta a su cliente, está claro que al coche más le habría valido hacer nacido tostadora, y no coche de cierta marca de autos japos.

Resultados seguros:
- el concesionario se queja... a nosotros.

Ningún programa puede estar preparado para tanta estupidez humana.

Y aquí, en la ofi, seguimos arreglando sus marrones.

Todavía no hemos decidido si mandarles un profesor de EGB, el Libro Gordo de Petete o, dadas las fechas actuales, unos cuadernos de Vacaciones Santillana.


El libro gordo te enseña
el libro gordo entretiene
y yo te digo contenta
hasta la clase que viene...