domingo, 26 de agosto de 2007

El sudaca nos ataca

Ayer. CI. Departamento de deuvedés. Acercándome a la caja para resolver mi compra.


Allí estaba el, poniendo en orden sus pelis, y preguntándole a la rubia (que de tanto ir por allí, ya me saluda) si tenía "pelis de esas de terror, pero de las fuertes".


Sudaca (lo siento, nunca he sido seguidor de lo "políticamente correcto") con el equipamiento estándar, tanto externo (sudaca XX, sudaquita en sillita) como propio (retaco, cienes de globos de esos que se consiguen haciendo pesas, chanclas, bermudas, camiseta ajustada de más, y como no, tatuaje)


Y eso fue lo que me llamó la atención. "Dios i mi madre" (sic) se podía leer allí, acompañado de un corazón. Todo ejecutado de forma patética y sin ningún gusto. Parecía que a un crío de párvulos le habían dejado jugar con un rotu indeleble sobre uno de los globos de aquel tipo.


No pude evitar quedarme mirando a aquel insulto al buen gusto (me refiero al tatu, no al tipo ;-) ) durante largo tiempo. A veces me dicen que soy muy expresivo, así que no sé si está vez fui capaz de poner cara de póker, o casi seguro, alguna de indignación o asombro, en la que, con suerte, el tipo no reparó. Y menos mal. La verdad es que no me cuesta mucho imaginarme al tipo, al darse cuenta de mi interés, poniéndose en plan "soy el más macho del barrio", y preguntándome algo así como "¿Qué pasa, güey? ¿Te gusta?”. Y a mí, que puedo llegar a ser seco, sincero y cortante en la misma frase, contestando algo como "Para nada. No creo en diox. Y madre sólo hay una, y menos mal.", o "Me estaba preguntando si la falta de ortografía es un recurso artístico, o simple demostración de ignorancia."


Creo que estuvo bien que no se fijase en mí.



No hay comentarios: